El Plancton Termal,
Materia básica de la belleza.
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Basada durante siglos sobre el empirismo, la Cosmética
experimentó desde principios de siglo XX una profunda evolución. Apelando
siempre a métodos científicos basados en los resultados de las investigaciones
efectuadas en química, biología e higiene, se introdujeron en el mercado
materias primas y bases especialmente concebidas y estudiadas para su empleo en
la preparación de la cosmética, destacando por su importancia el papel
desempeñado por los colorantes en la jabonería.
Es cierto que las aguas termales aún conservan una gran parte de su secreto
y es precisamente ese extraño mecanismo que oculta estos éxitos terapéuticos
que reveló el insigne biólogo Dr. J. Jullien, el cual demostró que, en
realidad, el agua termal no es mñas que el medio apto de cultivo para el
desarrollo de una vida intensa: la del plancto.
El Dr. J.Jullien, el cual efectuó en sus investigaciones en Moligt-les-Bains,
donde consiguió recoger el plancton de las aguas sulfurosas de aquella
estación termal, procediendo a cultivarlo y a estabilizarlo con la
colaboración de otro experto biólogo, Georges Marissal.
El plancton se presenta bajo la forma de gelatina, brillante como la seda por
la secrección de organismos vegetales y animales. Ahora bien, muchos expertos
cosmetólogos se preguntan si la materia representa la síntesis de los
elementos eficaces de las aguas termales y que algunos centímetros cúbicos
encierran la suma de las materias primas que se les atribuye.
Un hecho es cierto: mezcla de esta fauna y flora microscópica, es a juicio
de los expertos, presenta una riqueza biológica prodigiosa. Todo esto está
apoyado en los análisis de las aguas termales de Miligt-les-Bains. Al parecer
revela la presencia de cantidades imprevistas de antígenos y de vitaminas
particularmente activas porque están vivas. Se encuentran también hormonas
esteroides, enzimas, oligoelementos y elementos minerales. En el extracto seco
hay un 50 por ciento de azufre orgánico.
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